El problema del pase

by:StatGeekLA1 semana atrás
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El problema del pase

El paradox del pase en el fútbol argentino

Llevo años analizando métricas de flujo de juego, tanto en canchas como en estadios. Al ver partidos recientes de los grandes clubes porteños, algo no cuadraba. No era la pasión ni el talento individual. Era la frecuencia excesiva de pases largos tras recuperar el balón.

Boca Juniors? River Plate? Mismo guion: defensor recibe → sin mirar → lanza hacia mediocampo con un 60% o menos de efectividad. No es solo mala ejecución: es un problema sistémico arraigado en patrones de decisión.

¿Por qué tres toques son una utopía?

En el fútbol brasileño (especialmente en clubes punta), se ve una construcción estructurada tras cada pérdida: mínimo tres pases antes de avanzar. En cambio, los equipos argentinos promedian solo 1,4 pases por posesión antes de disparar o perder.

Este dato no es casual: refleja modelos formativos centrados en velocidad sobre estructura, agresividad sobre ritmo. Funciona contra rivales débiles, pero colapsa bajo presión.

Realicé una comparación con datos tipo Second Spectrum entre La Liga Argentina y Série A. Los resultados fueron claros: los clubes brasileños mantienen la posesión un 32% más tiempo por secuencia; su precisión al pasar dentro del último tercio es un 18% superior.

El verdadero problema no es el talento, sino el proceso

Déjame ser claro: jugadores como Lautaro Martínez o Enzo Fernández no carecen de habilidad. Pero cuando la defensa está entrenada para botar largo como reflejo automático, incluso estrellas mundiales quedan atrapadas en contragolpes que no pueden controlar.

Los datos muestran que un 58% de las transiciones exitosas en Brasil parten de una construcción sostenida —no lanzamientos desesperados desde atrás.

Mientras tanto, en Argentina más del 70% de los ataques comienzan con un pase directo desde la defensa —más del doble que Brasil.

No se trata solo de estética: afecta al riesgo de lesiones (sobrecarga física), tasa de conversión (menor calidad al disparar) y eficiencia colectiva.

¿Qué debe cambiar?

Necesitamos marcos mejorados para formación juvenil que prioricen la gestión cognitiva bajo presión —no solo regates o sprinters.

Herramientas similares a las usadas por equipos NBA (simulaciones tipo eSports) podrían entrenar anticipación ante estrés —una área donde las academias latinoamericanas están rezagadas respecto a Europa y Norteamérica.

Y sí: dejemos de glorificar los ‘lanzamientos valientes’. A veces la valentía se mide no por distancia botada, sino por paciencia mantenida sobre el campo.

Conclusión final: Un gran fútbol no se construye solo con corazón —se diseña mediante repetición, análisis con datos y procesos constantes. Si Argentina quiere competir globalmente más allá de sus estrellas… debe empezar a pensar como analista.

StatGeekLA

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Comentario popular (1)

ElTaticoDelFútbol
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5 días atrás

¿Lanzar o pensar?

¡Qué bonito es el corazón argentino! Pero cuando el balón llega al defensa… ¡pum! Directo al medio campo como si fuera un tiro de tiro al blanco.

Según los datos, en Argentina solo hacen 1.4 pases por posesión. En Brasil… ¡3! Así que mientras ellos construyen con paciencia, nosotros ya estamos pidiendo refuerzos para el ataque.

Y no es falta de talento. Martínez y Enzo son genios… pero ¿cómo juegan bien si todo empieza con un lanzamiento desde la línea de fondo? Como si el fútbol fuera un juego de “quién dispara más lejos”.

¿Sabían que más del 70% de nuestros ataques parten así? Mientras Brasil hace buildup y gana tiempo… nosotros corremos tras el balón como si estuviéramos en una carrera de sacos.

Conclusión: La pasión no basta. Hay que entrenar la cabeza tanto como las piernas.

¿Ustedes también ven este patrón? Comenten y pongamos en fila al técnico que aún cree que ‘el largo’ es táctica.

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